Prólogo al libro de Practitioner de PNL «Desarrolla tu mente para mejorar tu vida»

PALABRA Y SUGESTIÓN

Felipe Hernández

 

            Mi aproximación a la Programación Neurolingüística surgió de un interés personal por conocer las posibilidades terapéuticas del uso del lenguaje. Una necesidad de hallar una congruencia mayor en la expresión de las emociones y las ideas, cuyas posibilidades se me han revelado inusitadas, incluso en mi faceta como escritor de novela y poesía.1

            Durante dos años, he asistido a los cursos de Esteban Cuéllar, cuyo entusiasmo y conocimiento de la PNL han sido de una gran inspiración en mi búsqueda. Su trabajo constante de investigación me ha ayudado a comprender muchos aspectos de la PNL, tanto en su vertiente lingüística como terapéutica. Su libro presente, Desarrolla tu mente para mejorar tu vida, forma parte de su constante proceso evolutivo como persona y terapeuta. Un proceso que durante las clases se ha desarrollado en aspectos teóricos y prácticos muy amplios, tanto desde el interés científico como en el espiritual.

            En un principio, durante los cursos de Esteban, me llamó la atención el uso de los patrones lingüísticos en la elaboración de un metamodelo que sirviera al terapeuta para formular preguntas a partir de pautas lingüísticas reveladoras de patrones mentales. En realidad, el uso de generalizaciones, limitaciones, eliminaciones, distorsiones, lectura mental o presuposiciones no sería más que la expresión de un desajuste básico: el mapa no es el territorio. Sólo podemos expresar la realidad que percibimos, y a la limitación de nuestra percepción debe añadirse otra: la estructura misma del lenguaje. Con Esteban, aprendí que tenemos una maravillosa herramienta en un lenguaje que es capaz de transmitir la complejidad del mundo a través de una lógica que, por supuesto, incluye la generalización, la omisión de detalles, el resumen, la causalidad… Lo cual supone un grado de distorsión de la realidad más o menos grande en función de la congruencia del sujeto

Establecer cómo la creación de valores, significados, criterios y creencias  es un proceso dinámico de ida y vuelta, que afecta nuestra experiencia y nuestro estado internos, supone un cambio transcendental: la palabra, la expresión misma, tienen poder para transformarnos.  Lo que expresamos no es sólo un reflejo más o menos distorsionado de nuestro estado interno y de nuestra visión del mundo: forman parte viva del sistema, y utilizarlos con esa consciencia supone un cambio radical.

             

            De algún modo, la novela moderna y la poesía han quedado desmarcadas de este contexto, quizás porque se supone que las protegen las leyes del arte, y que el arte es un mundo aparte, en el que las consecuencias de una larga sugestión durante la lectura de una novela no tendrán consecuencias profundas en el subconsciente del lector. A mi modo de ver, ni el arte ni el sentido estético quedan exentos de este poder excepcional, sino que, por el contrario, son los exponentes más evidentes de la creación de mapas más o menos fundados o distorsionados del territorio. Y son también procesos de inducción al trance y a la visualización cuya consecuencia es la transmisión de valores, criterios y creencias.

            Alguien podría inducir de estas palabras que el poder de sugestión del lenguaje, en realidad podría ser utilizado para manipular subliminalmente, pero justamente eso es lo que se hace en muchos casos. Se imponen marcos ajenos a los marcos de los lectores y espectadores. Lo fácil es detectar los modos de manipulación, que, de hecho, se imponen a todos los niveles. Lo interesante es trabajar en el sentido opuesto: la literatura, el drama y la poesía, como vehículos de evocación y de trance sin imposición de marcos. ¿Es eso posible cuando todas las palabras están en manos del escritor.

            En mi experiencia como practitioner he emprendido esta indagación de un modo vivo, esto es, a través de la práctica. Rapport, al aproximarse a la práctica hipnótica, significa no sólo adecuarse a la respiración, a los gestos y posturas y al lenguaje más o menos visual, auditivo o cinéstésico del sujeto, sino también a su mundo figurativo. Hablamos a la respiración, a la sudoración, a las expresiones faciales, a los ritmos, timbres, dilataciones, tics y expresiones inconscientes de la persona, pero también a sus miedos, a sus olvidos, a todo un mundo incontrolable que no puede expresarse lógicamente. En ese sentido, no tiene mucho sentido explicar, sino evocar. Hay mucho respeto en ello. No imponer una lógica, sino abrir un universo de evocaciones, supone un paso fundamental para dejar que el marco de creencias del otro se transforme sin necesidad de la imposición de otro marco, sino porque la evocación le ha facilitado el acceso a sus propios recursos emocionales.

            Este proceso de feedback supone un campo abierto al aprendizaje: aprender de las reacciones emocionales y fisiológicas de un sujeto al que se le induce a trance a través de su propio campo figurativo. Observar este proceso y sus efectos, tomar consciencia del poder de la metáfora en una mente individual, obviamente puede repercutir en un mayor discernimiento de los efectos que un texto puede tener en un lector aparentemente ajeno a nuestro alcance o rapport. Y, en un sentido opuesto, tener una noción del significado de los sistemas figurativos en el lenguaje literario supone un enriquecimiento del proceso comunicativo del practicante de Programación Neurolingüística, cuya flexibilidad aumenta en tanto tenga más recursos y posibilidades expresivas.

            Estos mundos metafóricos, en que las imágenes cobran una vida anímica, me han conducido por un camino de vuelta a la literatura. Me han enseñado cómo se construyen las constelaciones del significado desde un punto de vista nuevo y más profundo y humanamente intenso. Un punto de vista que no es el de la obviedad ni el de la lógica analógica, sino el del individuo como totalidad.      

 

 

1 Felipe Hernández es autor de varias novelas: «Naturaleza», «Edén», «La deuda», «La partitura» y «Dunas», publicadas por las editoriales Anagrama, Seix Barral y Planeta.

Publicado por

estebancuellarhansen

TuCoach Estratégico y de alto rendimiento con PNL. DIrector del Instituto Excel, PNLCentro y Terapias Integradoras: Profesor de la Formación Completa de P.N.L y Terapeuta - Coach. Escritor. Trainer didacta de PNL - Sus cursos son avalados por A.E.P.N.L. Consultor de Organizaciones Atención al Cliente, comunicación entre departamentos, Mentor coach www.estebancuellar.com

2 comentarios en «Prólogo al libro de Practitioner de PNL «Desarrolla tu mente para mejorar tu vida»»

    1. Si es un curso muy indicado para profesores y directores de equipos educativos. Ya que la PNL es una ciencia diseñada para el aprendizaje generativo (cómo aprender a aprender) y cómo acompasar y liderar en el proceso de liderazgo y de gestión de personas. El curso además al ser intensivo y en verano que los profesores tienen vacaciones es muy solicitados por maestros de centros educativos. La PNL es un proceso educativo en sí mismo. Esteban Cuellar por su formación como Trabajador Social y Estudiante de Psicología tiene experiencia en el ámbito de entrenamiento para profesores, entrenadores y coachs. Muy recomendado, te enviamos más información a tu mail. Gracias, Excel Coaching Palma

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